martes, 19 de junio de 2012

Pijas 2.0

Terraza de verano, sol apretando, mesas llenas de gente esperando por sus comandas o directamente ser atendidos... y en la mesa de al lado dos parejas...

- No tía!, que va... para nada... es un vestido vaporoso y de color agua mar, super precioso y que va a sorprender. Yo paso, me la pela lo que digan, es mi boda y voy como quiero.
- Ya bueno, pero tienes que tener anillo de compromiso, como este, mira! (Anillo resplandeciente de oro blanco con brillantes ¿?).
- Bueno no me da más, no suelo ponerme bisutería. Y la luna de miel, estoy convenciéndolo para ir a Tailandia, que si no cuando vamos a poder ir... además ahora está tirado de precio por dos duros vives como un rey allí.
- Y has invitado a ... "bla bla bla bla".

-Bueno, y tú tío, ¿cómo lo llevas?
-Bufff, ya tengo ganas de que pase todo, estoy de probar menús y de ir a restaurantes hasta los huevos, menos mal que ya está todo escogido, yo paso hasta de la ropa... yo no pensé que para esto hubiera que dar tantas vueltas, la última boda a la que fui, fue a la de mi hermano y mira ver que casi tiene 45 y está calvo!.
-No jodas!!, oye, el otro día deje el coche tirao en el vado de .. "bla bla bla"

[...]

Mientras esperábamos que vinieran a tomar nota, intentábamos charlar y estar a lo nuestro, con esta banda sonora al lado, ellas, pijas rollo casual, con camisetas de firmas impronunciables y ropa tipo "farta lavaduras" (de esas que tu madre usa para limpiar cristales!) semitransparentes y cuellos desbocados, voces estridentes y que parecía que estaban dando un mitín, poniendo pingando a casi todas sus amistades y conocidas, criticando lo habido y por haber, mirando por encima del hombro al resto de mortales que compartíamos terraza en ese momento.. y ellos, chulo de barrio, macarra moderno de chill out trasnochado, engominados hasta las pestañas, y embutidos en polos con caballo a la espalda... presenciamos lo que no tiene otra manera de describirse QUEDAR COMO LA GOCHA POR NADA.

Impacientes, porque la comida no llegaba, se levantaron en un acto de dignidad absoluta. Se dieron media vuelta y se marcharon sin decir ni pío. En la mesa, un plato con dinero para pagar las bebidas consumidas... la "novia".. en un acto de rebeldía y de enfado, intenta atrapar el billete de 5€ de encima de la mesa, no quería ni pagar lo consumido... Tres pasos después de pasar la puerta, llega el camarero con la comida en la mano, y se queda a cuadros al encontrar la mesa vacía. Ellas dignas, cabeza alta... y rojas de rabia .. se piensan desde el parking si dar la vuelta... pero la mesa ya había sido ocupada por otras personas... tres camareros vinieron a ver que pasaba y confirmar, que se habían ido sin avisar, sin anular la comida pedida y sin quejarse o decir que no estaban conformes.

Me quedo "aluciflipada" de lo mal que puede llegar a quedar la gente por menos de nada. Si uno no está a gusto con el trato que le están dando o cree que algo pasa, lo mejor es llamar a quien corresponda y exponer educadamente tu queja para o bien anular lo que hubieras pedido y/o que te digan que es lo que está pasando. De esta manera, comprometes a otras personas, incomodas a las que están a tu al rededor, y ademas quedas fatal. Caprichosas, pijas de tres al cuarto, que vamos de modernas, de dignas y de "señoras", de "finas" y que por la impaciencia y la mala educación quedamos como lo que somos unas niñatas, consentidas, que están acostumbradas a que se les de todo a la voz de ya. Ellos sólo les faltó salir del parking tirando de freno de mano... hablamos de los estereotipos de la juventud, de los venteañeros de ahora... pero estos casi "cuarentañeros" que se quedaron en los 21.. o lo intentaron :) ... no se les quedan atrás.

Otra muestra de buenos modales por parte de este tipo de personas la vivimos este fin de semana... 

Visita a Bodega Riojana... grupo variopinto de 25 personas aproximadamente... Parejas, familias con niños, y dos pandillas (una de chicos y otra de chicas).

Después de aparcar el coche y pasar por recepción esperamos que llegue el resto de personas para empezar la visita. Poco a poco van llegando todo el mundo, y las últimas y tarde un grupo de chicas, cual gallinas en gallinero... atusándose los vestidos, (enseñando incluso las bragas al ruedo), conjuntos posh y casual, divinos que conjuntaban perfectamente con las bragas de flores rojas que llevaba una debajo de un vestido blanco de volantes... No dejaron de "cacarear" en toda la visita. Se oía la explicación de la guía y de fondo a ellas.


En el momento de la entrada a los viñedos, por su puesto no entraron porque con las sandalias y taconazos era imposible caminar por el medio de las viñas... los teléfonos echaban humo, David Guetta non stop... eso que habían pedido poner los teléfonos en silencio...  Les importo un carajo la visita... si les preguntas que vino probaron, tengo miedo que no supieran decir ¡ni si era blanco o tinto!

Al final de la visita, en una mesa corrida, nos pusieron los tres vinos que probamos, y nos dieron unas pautas de como hacer una cata en casa, preparar una velada divertida y disfrutar del vino además de la compañía... Esos pequeños trucos para compartir una botella de vino, disfrutarla con todos los sentidos y con amigos, eso que se puede hacer en casa de cada uno sin tener que ir hasta una bodega o contratar una visita (previo pago). Sobre la mesa, galletitas saladas, tacos de queso y las botellas de vino abiertas durante la cata para rematarlas mientras se decide que comprar... si se quiere.

Para no ser menos y seguir con la tónica general de la visita, aquí las amigas se lanzaron a por los boles de queso y galletas como si no hubieran comido en 3 días... La guía no pudo más que dejar escapar una sonrisa de resignación, y dejarlas hacer mientras intentaba explicar que los aperitivos ayudaban a romper el sabor del vino en la boca cuando cambiamos de un palo a otro... o que algunos vinos potencian el sabor de algunos alimentos... A mi más que resignación me dio vergüenza ajena. 

Ya hay que tener ganas de pagar por hacer una visita, (interesantísima por cierto, y muy bien hecha por la organización de la bodega), y pasarte las dos horas pasando olímpicamente de algo que no te interesa y molestando a las otras veinte personas que estaban haciéndola también.

Yo si no me interesa algo no voy, y si tengo que ir porque a veces hay que hacer cosas que aunque no sean afines de todo a nosotros hay que hacerlas, intento tener educación y molestar lo menos posible... pero evidentemente... como en todas partes hay gente para todo. Será eso, o que directamente me hago mayor y más exigente, o tiquismiquis. Y si a mi ya de por si me cuesta algo dinero intento aprovecharlo al máximo.. Pienso que la paciencia es un don y la educación algo imprescindible que en muchas ocasiones brilla por su ausencia. En este caso para mi... lo que mejor se me ocurre es que ... a la gente le gusta mucho vivir de las apariencias y que...


"Mejor parecer tonto por callar , que abrir la boca y confirmarlo"